Domingo García, artista de Puerto Rico y el Caribe

Adreana, 1964

La obra de Domingo García conforma, en fin, una poética de la pintura que se afianza en uno de los momentos más sobresalientes del arte puertorriqueño en que se busca la universalidad mientras se mantiene la puesta en escena de los símbolos, íconos y representaciones que remiten a una condición humana que intenta salir del estado colonial. En sus cuadros, lo sublime se presenta a través de la línea y del color. No deja de poner en sus obras lo tenebroso y grotesco. Sus autorretratos representan su búsqueda de la identidad personal y colectiva. Sus bodegones y sus paisajes prefiguran un hacer donde el dominio de la técnica y la presentación de la realidad resaltan el interés en la experimentación, en una novedad que no se aleja del intento de superarse a sí mismo.