Literatura hispanoamericana

Nueva York en los cincuenta

Poesía y poder, Julia de Burgos en los archivos del FBI

El artículo «Poesía y poder, Julia de Burgos en los archivos del FBI» de Miguel Ángel Fornerín, explora la vida política de Julia de Burgos y su relación con el Partido Nacionalista y el movimiento socialista en Puerto Rico en la década de 1940. A pesar de que la autora participó en actividades políticas, su feminismo estaba atrapado entre una política del sujeto y una política del poder, donde la independencia era prioritaria y no se cuestionaba el patriarcalismo del PN. El artículo también detalla los informes del FBI sobre Julia de Burgos y su asociación con otros líderes políticos, incluido el Partido Nacionalista, y los errores en la percepción del FBI sobre la división entre los nacionalistas y socialistas. Además, se describe la relación de Burgos con el periódico «Pueblos Hispanos» y su participación en el círculo socialista de Nueva York.

Afluentes de la literatura dominicana en la literatura hispanoamericana

Al llegar aquí creo que no podemos dejar de prestar atención a la afirmación del doctor Pedro Vergés cuando afirmó que la literatura dominicana no existe. Octavio Paz en una conferencia dictada en la Universidad de Yale (Meditaciones, 1979) decía que las literatura nacionales sólo tienen existencia a través de algunos nombres que cruzan los límites nacionales para conformar la Literatura Hispanoamericana. Teniendo como certera esta afirmación debemos preguntarnos de qué forma la creación verbal en la República Dominicana ha contribuido en la formación de la literatura del continente.

¿Existe literatura dominicana?

Digamos, tomando en cuenta las ideas de Octavio Paz para la formulación de la noción de Literatura Hispanoamericana, que “Enriquillo» es nuestro primer aporte a la literatura de todo el continente. De ahí que se estudie al lado de Tabaré (1888) de Zorrilla de San Martín y que Doris Sommer lo haya estudiado dentro de las ficciones fundacionales de América. Antes, es bueno recordarlo, lo estudió la gran latinoamericanista doctora Concha Meléndez, una de las primeras mujeres dedicadas a la crítica literaria de nuestro continente, por demás, discípula de Pedro Henríquez Ureña, como ella misma se declaró.

Cristóbal Colón y el mundo real-maravilloso en El arpa y la sombra

Colón sacó maravilla de los libros leídos, como si América y el destino propio estuvieran ya escritos. El Almirante formuló su ruta y, equivocado como estaba, realizó la empresa más grande para un reino cristiano. Su figura se agigantó, a pesar de todos los inconvenientes que tuvo que afrontar. Aún después de muerto, cuando su hijo tuvo que ir a los fueros de la Justicia a pedir que cumplieran Las capitulaciones de Santa fe. No hizo milagros, pero frente a Jamaica, engañó a unos indios pronosticando un eclipse de Sol.

El arpa y la sombra: Colón y los males del siglo presente

Quien revise los discursos producidos en las celebraciones del cuarto centenario del descubrimiento de América, entenderá al comparar la estimación que tuvo Colón en el siglo XIX con lo que ocurre en el siglo presente. Para la intelectualidad decimonónica Cristóbal Colón era un civilizador. Había traído a América la civilización europea y también había iniciado el cristianismo en estas tierras.  Por lo que el fin de siglo (1892) fue la oportunidad para reconocer a esa figura egregia de nuestra latinidad. Con cuyo término se separaba de España, afectada como estaba por la leyenda negra.

Un poeta en Nueva York, Carlos Rodríguez y la poesía en tránsito 

La poesía de Carlos Rodríguez busca borrar los referentes. Se alza en una universalidad del decir lo poético. Pero varía su norte en la medida en que refiere su propia historia, que es la situación angustiada del poeta. En otras palabras, va desde la poesía que busca la pureza y el hermetismo, al discurso que refiere la condición del sujeto poético. Sin embargo, Carlos Rodríguez desdibuja el referente y se configura y pinta como poeta de la ciudad, como flâner de calles y parques.