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Nueva York en los cincuenta

Poesía y poder, Julia de Burgos en los archivos del FBI

El artículo «Poesía y poder, Julia de Burgos en los archivos del FBI» de Miguel Ángel Fornerín, explora la vida política de Julia de Burgos y su relación con el Partido Nacionalista y el movimiento socialista en Puerto Rico en la década de 1940. A pesar de que la autora participó en actividades políticas, su feminismo estaba atrapado entre una política del sujeto y una política del poder, donde la independencia era prioritaria y no se cuestionaba el patriarcalismo del PN. El artículo también detalla los informes del FBI sobre Julia de Burgos y su asociación con otros líderes políticos, incluido el Partido Nacionalista, y los errores en la percepción del FBI sobre la división entre los nacionalistas y socialistas. Además, se describe la relación de Burgos con el periódico «Pueblos Hispanos» y su participación en el círculo socialista de Nueva York.

Vigilancia y castigo, Julia de Burgos en los ‘archivos’ del FBI

El artículo «Vigilancia y castigo, Julia de Burgos en los ‘archivos’ del FBI» de Miguel Ángel Fornerín analiza los expedientes abiertos por el FBI sobre la poeta y activista Julia de Burgos entre 1943 y 1956. Estos expedientes, recientemente desclasificados, permiten una aproximación a la relación entre palabra y poder y entre lenguaje y teoría de dominación. La tensión máxima se produce cuando los individuos se oponen al poder existente en la sociedad. La investigación sobre Julia de Burgos estaba respaldada por leyes votadas por el Congreso de Estados Unidos y fue llevada a cabo con información proporcionada por actores cercanos a su vida. La primera mención en la documentación estadounidense es del 21 de octubre de 1943 y se relaciona con el Partido Nacionalista puertorriqueño en Nueva York. La participación de una figura importante como el senador Vito Marcantonio en la celebración del Grito de Lares parece haber sido un detonante para la investigación. Sin embargo, los investigadores desconocían que el grupo investigado estaba en transición del Partido Nacionalista al Partido Socialista y cuestionaba las prácticas políticas del Partido Nacionalista.

Con el Caribe al fondo

La configuración del género y la melodía de Con el Caribe al fondo

La novela «Con el Caribe al fondo» de Guillermo Piña-Contreras es considerada una de las mejores novelas policiales publicadas en República Dominicana. La configuración del género en esta obra es muy propia de la modernidad y presenta elementos como la prensa, la crónica del crimen, la investigación policial y la centralización en el discurso de la ciudad como espacio-tiempo. El autor tiene una escritura clara y melodiosa, que recorre todo el texto con una melodía Caribe, y el mar es un elemento poético que se va llevando por toda la historia. Además, la novela tiene una intertextualidad con obras anteriores que hablan de la ciudad de Santo Domingo, en este caso se enfoca en la construcción arquitectónica de la ciudad moderna y en la sociedad en transformación.

Afluentes de la literatura dominicana en la literatura hispanoamericana

Al llegar aquí creo que no podemos dejar de prestar atención a la afirmación del doctor Pedro Vergés cuando afirmó que la literatura dominicana no existe. Octavio Paz en una conferencia dictada en la Universidad de Yale (Meditaciones, 1979) decía que las literatura nacionales sólo tienen existencia a través de algunos nombres que cruzan los límites nacionales para conformar la Literatura Hispanoamericana. Teniendo como certera esta afirmación debemos preguntarnos de qué forma la creación verbal en la República Dominicana ha contribuido en la formación de la literatura del continente.

¿Existe literatura dominicana? El corpus del siglo XX

En la constitución de la noción de literatura nacional, los trabajos de Joaquín Balaguer (Historia de la literatura dominicana, 1954), y Max Henríquez Ureña (Panorama histórico de la literatura dominicana, 1945), vienen a seguir la obra de Abigaíl Mejía. Un relato histórico literario que muestra el movimiento de los impresos en nuestra cultura. Desde un positivismo literario se constituye un corpus de la literatura nacional, en él entra muy poco el análisis textual, más bien el comentario de las obras en el tiempo. Se pone en el centro el libro como objeto, como producción editorial y se maximiza la figura del autor, de tal suerte que pertenecer a la literatura nacional es parte de un procerato secular en el que participan los autores dominicanos que han hecho de la escritura una estrategia de inscripción social y política. Literatura que no siempre ha sido un medio de simbolización de los problemas nacionales.

¿Existe literatura dominicana?

Digamos, tomando en cuenta las ideas de Octavio Paz para la formulación de la noción de Literatura Hispanoamericana, que “Enriquillo» es nuestro primer aporte a la literatura de todo el continente. De ahí que se estudie al lado de Tabaré (1888) de Zorrilla de San Martín y que Doris Sommer lo haya estudiado dentro de las ficciones fundacionales de América. Antes, es bueno recordarlo, lo estudió la gran latinoamericanista doctora Concha Meléndez, una de las primeras mujeres dedicadas a la crítica literaria de nuestro continente, por demás, discípula de Pedro Henríquez Ureña, como ella misma se declaró.

ALEXIS GÓMEZ ROSA,  EN LAS CIUDADES EN TRÁNSITO QUEBRADO

Alexis Gómez Rosa es un poeta singular en nuestra literatura. Su
desaparición vital podría hacer olvidar una de las obras mejor
cultivadas de las últimas décadas. Lamentablemente en el país, la
literatura está hecha de presencias y olvidos. Y los olvidos son más
largos. Los autores se aferran a su obra como un trabajo solitario,
muchas veces personal, narcisista, o de escalera social, que pocas
veces trasciende. Invito a leer a Alexis Gómez Rosa y aquilatar la
importancia de su poética, una que dialoga con las tradiciones
nuestras y de la literatura universal.

Cristóbal Colón y el mundo real-maravilloso en El arpa y la sombra

Colón sacó maravilla de los libros leídos, como si América y el destino propio estuvieran ya escritos. El Almirante formuló su ruta y, equivocado como estaba, realizó la empresa más grande para un reino cristiano. Su figura se agigantó, a pesar de todos los inconvenientes que tuvo que afrontar. Aún después de muerto, cuando su hijo tuvo que ir a los fueros de la Justicia a pedir que cumplieran Las capitulaciones de Santa fe. No hizo milagros, pero frente a Jamaica, engañó a unos indios pronosticando un eclipse de Sol.

El arpa y la sombra: Colón y los males del siglo presente

Quien revise los discursos producidos en las celebraciones del cuarto centenario del descubrimiento de América, entenderá al comparar la estimación que tuvo Colón en el siglo XIX con lo que ocurre en el siglo presente. Para la intelectualidad decimonónica Cristóbal Colón era un civilizador. Había traído a América la civilización europea y también había iniciado el cristianismo en estas tierras.  Por lo que el fin de siglo (1892) fue la oportunidad para reconocer a esa figura egregia de nuestra latinidad. Con cuyo término se separaba de España, afectada como estaba por la leyenda negra.

Séneca, sabiduría y poder en el Imperio Romano

En suma, considera el autor de “Séneca, la sabiduría del imperio” (Almuzara, 2018, 492 págs.) que el gran valor de la figura y el pensamiento senecanos estriba en su originalidad, en la postura personal y en la búsqueda de la libertad a través de la interioridad” (Ibid). Clama el cordobés en su pensamiento por una deriva pitagórica que postula la confraternización de todos los seres de la naturaleza y se forma como el intelectual más enciclopédico de las primeras décadas del cristianismo.