Las preguntas por el arte, de la mímesis al arte de nuestros días

El artículo, titulado «Las preguntas por el arte, de la mímesis al arte de nuestros días», escrito por Miguel Ángel Fornerín, aborda la temática de la Estética y su relación con el arte a lo largo de la historia. El autor menciona su encuentro con Pedro Mir, quien fue un estudioso de la Estética y de la poesía.

El artículo comienza haciendo referencia a la muerte de la Estética según las nuevas teorías del giro lingüístico, que cuestionaban los siglos de razonamiento sobre el arte. Sin embargo, Mir argumenta que la Estética sigue teniendo importancia como disciplina que estudia el arte.

El autor menciona la influencia de Platón en la reflexión sobre el arte, destacando la idea de la imitación de la naturaleza y la búsqueda de la verdad a través del arte. Se plantea la pregunta fundamental de qué es el arte y cómo definirlo. Se hace referencia a la crítica de los vanguardistas y los anarquistas del Café Voltaire de Zúrich, así como a la pregunta planteada por Arthur Danto sobre qué hace que un objeto sea una obra de arte.

Se menciona la influencia del perspectivismo y el relativismo en el arte posmoderno, así como la importancia de la historia y la técnica de los artistas según Danto. El artículo concluye mencionando la pasión de Mir por la Estética y su defensa de esta disciplina.

Las preguntas sobre el arte: los juicios estéticos

En el artículo «Las preguntas sobre el arte: Los juicios estéticos», Miguel Ángel Fornerín cuestiona la posibilidad de alcanzar un consenso en los juicios sobre el arte en un mundo dominado por el relativismo. Destaca que el arte, establecido como Estética en el siglo XVIII con la aspiración de constituir una ciencia de los valores estéticos, no puede ser definido, analizado o enjuiciado de manera que todos los participantes tengan las mismas ideas o certezas. Fornerín señala que las teorías del arte son contingentes y evolucionan con el tiempo, la técnica, los acontecimientos sociales y la diversidad de enfoques para entender el arte.
El autor sostiene que el concepto de arte es más permanente en comparación con las nociones de desarrollo provenientes de otras disciplinas. Aunque la técnica cambia, el arte como objeto sensible perdura. Fornerín plantea la relevancia de las preguntas sobre qué hace que un objeto sea una obra de arte y cómo pensar el arte en la postmodernidad, cuestionando la posibilidad de hacer tabula rasa de todas las ideas anteriores sobre el arte.
Asimismo, expone las implicaciones del relativismo posmoderno en los juicios estéticos, destacando su impacto en la autoridad de la filosofía, los artistas y los críticos del arte. Fornerín también discute la noción de consenso en los juicios sobre el arte, citando a Lyotard, y aborda la cuestión del valor del arte en la actualidad, enfatizando el papel de las corporaciones, los museos, los comerciantes y los coleccionistas en la determinación del valor del arte en la era posmoderna.
El autor concluye que el arte contemporáneo es en gran medida un reflejo de las dinámicas del mercado, alejándose de las lógicas tradicionales de valoración propuestas por filósofos y críticos del arte.